«No es rock n’ roll si no te duelen los pantalones», fue la frase con la que Jimmy Webb se identificaba a la hora de hacer su trabajo. Jimmy, pieza clave de la moda punk neoyorkina partió de este mundo este martes a la edad de 62 años, por causas aún no confirmadas.
Siempre rebelde, reventado, intransigente, cliente asiduo del Studio 54 y con un pasaje oscuro por el mundo de las drogas, desde muy joven Jimmy jugó un papel importante dentro de la moda radical de NY. Por un tiempo sirvió tragos en un bar gay, de ahí sacaba para ir de compras a la famosa tienda Trash and Vaudeville, a la cual entró a trabajar en 1999.

Fue ahí donde se hizo amigo de toda la crema y nata de la escena del punk rock de las última décadas. Gran amigo de Debbie Harry (Blondie), Joan Jett, Guns n’ Roses, Mötley Crüe, Sebastian Bach (Skid Row), Billie Joe Amstrong, vocalista de Green Day e Iggy Pop, quien fue inspiración para la apertura de su tienda I Need More, en 2017.

Para ubicarnos un poco, la importancia de Trash and Vaudeville llegó a ser comparada con Sex, la célebre tienda londinense fundada por Vivienne Westwood y Malcom McLaren, en ese tiempo pareja y personales claves de la escena punk inglesa.
Aunque su fuerte era vestir a la celebridades del punk y del rock, también trabajo para artistas del pop, como Beyoncé y Justin Bieber. Vogue lo reconoció como el dependiente oficial del rock.
Aunque no tocaba, no cantaba, no trabajaba directo dentro de la música, Jimmy es considerado un engrane clave dentro de la historia del rock. Ícono, trabajador, visionario, diferente y sobre todo un gran amigo, es como se le recuerda. La moda, el punk y el rock ya no serán los mismos.
Se dice que Jimmy llevaba ya un tiempo luchando contra el cáncer, razón por la cual podría ser su deceso. Que En Paz Descanse.