Desde hace años marcas como H&M y Target han creado pequeñas «colecciones cápsula» con grandes diseñadores. Pero, ¿por qué los polos opuestos de la moda se juntan? ¿Qué beneficios trae combinar slow y fast fashion?
Karl Lagerfeld, Alexander Wang, Marni y Balmain son algunas marcas que han colaborado con H&M, como parte de la estrategia que la marca sueca invento: «masstige», que significa mass y prestige. De esta forma ofrece a los clientes que no pueden costear a estos grandes diseñadores, una alternativa cheap and chic.
Otro de sus objetivos es lograr diferenciarse de todas las otras tiendas que también ofrecen fast fashion.
Entonces, ¿qué ganan estas marcas prestigiosas?
Aparte de las ganancias por la colaboración y las ventas que resultan, los diseñadores logran generar más impresiones. Al final del día, el éxito de estas colaboraciones se mide por las impresiones creadas que por las ventas, es por esto que se producen en cantidades pequeñas y cuidadosamente distribuidas para que se acaben en cuestión de horas.
Una gran ventaja que estas cápsulas ofrecen a las grandes marcas es que pueden experimentar con nuevos productos, minimizando riesgos y costos. Por ejemplo, Jason Wu pasó de solo hacer zapatos a ropa con la ayuda de su colaboración con H&M.
En el mes de julio, H&M anuncio su colaboración de este año que será con la marca Erdem, con base en Londres. A pesar de ser una colección con muchas expectativas no ha logrado tener tantas impresiones como las últimas colaboraciones de la tienda.
Si bien, esto se debe en parte a que la marca es joven y poco conocida, algunas personas se preguntan si las marcas fast fashion deberían de cambiar de estrategia al hacer este tipo de colaboraciones y qué es lo que les falta por explorar.
Esto nos deja pensando, ¿cuál será el futuro de este tipo de colaboraciones? ¿seguirán siendo tan fructíferas como hasta hoy?
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