“Hay tiendas que parecen haber existido desde siempre porque han sido un lazo entrañable en la vida de muchas generaciones y han compartido todo, hasta su historia. Este es el caso de el Palacio de Hierro”…
¿Qué es lo que hace que un establecimiento permanezca por un largo tiempo? el perfecto conocimiento de sus clientes y una gran pasión por atenderlos. Cuando un lugar y una persona crean una conexión, surge una necesidad imborrable.
El Palacio de Hierro ha vivido más de 125 años, para complacer a los que gustan del lujo, la comodidad y la joie de vivre. Todo lo que involucra su concepto, ha formado parte intrínseca del desarrollo comercial y cultural del país. Existió un momento, en el que los mexicanos soñábamos con adquirir marcas internacionales de renombre, y gracias a él, pudimos acceder a ellas sin tener que salir del país. Nuestros sueños se acercaron a nuestras manos.
¿Cómo comenzó la historia de El Palacio de Hierro? El primer «gran almacén de departamentos» en México, fue fundado en 1888 por J. Tron y Cía. Su nombre fue tomado gracias a que la estructura cuadrada de delgadas columnas de hierro y barandales que parecían hechos de filigrana, fueran materiales únicos en la construcción de lo que había resultado el gran almacén… «un palacio».
En 1891 se abrieron las puertas al público. El éxito de esta tienda surgió debido a su oferta de productos, excelente servicio y sus funcionalidades únicas — como una oficina de correos propia— .
En los años posteriores, la tienda departamental fue creciendo rotundamente. Se inauguraron sucursales en diferentes puntos de la Ciudad de México y posteriormente del país. Hoy cuenta con 14 almacenes y 3 boutiques, incluyendo estados como Monterrey, Acapulco, Puebla y Cancún.
El Palacio de Hierro entendió desde el principio la importancia de la publicidad. En 1947 ésta era totalmente artesanal y consistía en preciosos dibujos -fieles copias a lápiz de la mercancía- que se publicaban en prensa.
Hoy en día, se ha posicionado con fuerza en la mente del consumidor mexicano por dos cosas: su slogan y el color amarillo.
En 1996, nace “Soy Totalmente Palacio” autoría de Don Alberto Bailleres. ¿Quién no ha escuchado esta ingeniosa campaña ganadora de más de 12 premios en publicidad? Posteriormente, en el 2002, el color amarillo se hace el color oficial de El Palacio de Hierro; creando un distintivo para la marca y transmitiendo energía y felicidad.
La imagen de esta tienda ha sido reconocida mundialmente, incluso por marcas internacionales como WGSN, líder mundial en consumo y previsión de tendencias de moda, nominándolo y premiándolo en distintas áreas. En el 2010, Palacio de Hierro es nominado en la categoría “Best Marketing Campaign” por la campaña “Soy Totalmente Palacio”. En el 2011, Boutique Palacio Cancún es otorgada un premio con la categoría “Outstanding New Store”. Un año después, es premiada como “Mejor Tienda”, venciendo a sus contrincantes Selfridges (Londres), Lane Crawford (Honk Kong), Harrods (Londres) y Barney’s (New York).
Actualmente, El Palacio de Hierro Polanco –mejor conocido como «El palacio de los palacios»– es tomado como la sucursal de referencia gracias a sus remodelaciones y sus prestigiosas boutiques. Es considerado el mejor destino de lujo, moda, hogar y estilo en Latinoamérica.
Hay un sentimiento inexplicable al entrar a una tienda cuya esencia es mágica. La luz ilumina cada estante y pasillo, destacando artículos únicos e irrepetibles. Una compra no es únicamente una eso, es una experiencia. Hoy, a 130 años de su apertura, El Palacio de Hierro se ha convertido en el lugar perfecto para estar, comprar y disfrutar.