Tapatía de corazón, Nayeli de Alba es Directora Creativa y Fashion Stylist con múltiples años de experiencia en la industria de la moda mexicana y el estilo de vida. Con un sello muy particular, su trabajo se ha publicado en medios nacionales e internacionales. Su inspiración viene de la gente que la rodea, de la paleta de colores que encuentra en su entorno, naturaleza y en la música. Sus creaciones son únicas y especiales, siempre «out of the box«.
¿Cómo es tu día a día como Nayeli De Alba?
Mi día como Nayeli de Alba es muy ajetreado *ríe*. Tengo bastantes pendientes como ir a Showrooms, contestar mails, hacer comprobaciones de campañas o comerciales. Normalmente me levanto, le doy a comer a mis gatos Ninja y Lila, me baño, escucho música –desde trip-hop hasta reggaeton–, me arreglo (mi parte favorita del día), voy a mi oficina y delego algunas cosas. Ese es un día con Nayeli.
¿Qué es lo que te hace más feliz?
Tener un día con muchas risas, eso es lo que más me hace feliz. Parte de eso es mi trabajo, me llena de sonrisas y felicidad, me encanta trabajar. Cuando tengo libertad creativa, libertad de proponer, cuando ejecuto lo que está en mi mente y lo que es mi propuesta, me siento plena… Amo mi trabajo.
¿Cómo fue que decidiste ser una stylist?
Fue circunstancial. Estudié Diseño de Modas y desde chiquita tenía pasión por el Fashion; por ejemplo, a mis Barbies les cambiaba el look, las arreglaba, las maquillaba, les pintaba el pelo con henna. Fue ahí donde yo y las personas a mi alrededor comenzaron a ver mi lado de diseñadora. Posteriormente, fui cambiando el look de otras personas como mi hermana mayor –quien fue mi primer «conejillo de indias»–. Mi hermana iba a unas fiestas llamadas “raves” y yo la ayudaba a vestirse y arreglarse ya que ella era muy floja *ríe*. El ojo estético es algo que yo traigo desde chiquita, no sé sí por mi mamá, pero realmente lo he tenido y desarrollado.
Después entré a la escuela y tomé la clase de styling. Mi maestra era estilista y recuerdo que yo pensaba que los stylist eran «diseñadores fracasados»; incluso, al terminar la carrera quería ser diseñadora de modas gracias a mi pasión por la ilustración y el diseño. Todo cambió cuando fui a Playa del Carmen por azares del destino y comenzaron a buscarme como stylist junto a un fotógrafo. Trabajé en American Apparel en Visual Merchandising, y como vendedora y me encantó.
Cuando volví a Monterrey, me di cuenta que mi pasión era el styling, no el diseño. Hice pequeños trabajos que me fueron muy útiles posteriormente… Estudie Moda y Publicidad y mi primer trabajo de publicidad para cine fue en el 2009 en una película; en ese tipo de experiencias aprendí mucho de lo que sé ahora. Sé y he hecho de todo, desde set del vestuario hasta styling. En el 2012 empecé a hacer cosas con Dan Crosby y no he parado.
¿De dónde viene tu inspiración?
Moodboards e instagram, pero la mayoría de la inspiración que tengo viene de la calle. Me fijo en gente real; personas del centro, las viejitas, los homeless, etc. Considero que es importante caminar, conocer y sentir tu ciudad, observar a la gente. Todas las personas tienen detalles y colores que los hacen únicos y especiales. Otro dato curioso sobre mi inspiración, es la que tomo de las paredes; me encanta ver como cambia la pintura de color conforme va envejeciendo y forma una paleta preciosa. Esa paleta no sale de mi mente y hace que haga combinaciones con la ropa o accesorios.
¿Qué te divierte más de tu trabajo?
Ir a escoger la ropa, buscar, investigar, y obviamente ejecutar.
¿Qué desafíos haz tenido que superar para llegar a donde estás?
Luchar con mi mente para sentirme capaz de poder hacer las cosas. A veces tú mismo te saboteas o no crees en tí mismo. Dentro de mí yo tengo una persona que me juzga y me regaña; lo bueno es que eso me motiva a hacerlo mejor. Creo que superar tus miedos es muy difícil pero cuando lo haces, los resultados son increíbles.
¿Cuál es el concepto erróneo más grande que tienen las personas cuando piensan en un stylist?
Todos piensan que la vida de un stylist es puro glamour, pero va mucho más allá… es cargar, trabajar y esforzarse muchísimo –hasta físicamente–. Involucra algo de relaciones públicas ya que tienes que hacer buenos vínculos y relaciones humanas. No siempre hay presupuesto y para hacer el styling perfecto muchas veces tenemos que poner de nuestro dinero para que así sea; yo lo veo más como una inversión en mi persona y trabajo.
¿Cómo le haces para elegir lo que es mejor para cada persona?
Escaneas a la persona. La observas: qué aretes trae, sus zapatos, cómo se maquilló, todo es importante. Voy haciendo una historia y simultáneamente imagino la paleta de color al lado. Me sirve mucho observar los cuerpos, el estilo, la fisionomía, la tez. Aunque me gusta vestir a la gente acorde a su estilo cotidiano, también trato de proponer cosas fuera de su zona de confort.
Uno siempre tiene un cuadro en su cabeza y no quiere salir de él… yo veo cuadritos. Creo que la ropa es para divertirse, es la mejor forma de expresión. No te debe de dar miedo nada y tienes que estar feliz con lo que te pones.
¿Con quién te hubiera gustado o te gustaría trabajar dentro del mundo del styling?
De fotógrafo Man Ray e Irving Penn. Para styling, me hubiera gustado vestir a la doña –obviamente–, a David Bowie y a los de The Knife.
¿Cuál es el mejor consejo de estilo que has recibido?
“Confía en tí mismo.”
¿Cuál ha sido el trabajo que te ha hecho sentir más orgullosa y por qué?
La campaña de H&M Madero. Lloré cuando me mandaron la propuesta y vi el video; mi reacción fue: Wow, para esto es por lo que yo trabajo.
¿Cómo te sentiste trabajando en conjunto con una marca tan exitosa como H&M para hacer una campaña que refleja lo que es México? Cuéntame de tu experiencia
Fue increíble absolutamente cada detalle de esa experiencia y su gente. En primer lugar, toda la propuesta y todo el amor de donde vino ese proyecto fue del fotógrafo Dorian Ulises. Es una de las personas que más nos ha abierto los ojos del malinchismo. Nos enseña que la belleza mexicana es única y que hacemos cosas tan locas que se ven increíbles; los colores, las texturas, y las personas de México son lo máximo. Veo como él vive y ve las cosas y me doy cuenta. No es que esté mal ser güero o ser moreno, pero quiere a tu país y ámalo. Acéptalo. Ya todo está globalizado, pero se puede hacer una mezcla increíble con un estilo muy mexicano junto a la globalización. Eso es lo que hicimos.
¿Que opinas de la moda nacional?
Me gusta mucho, mis favoritos son Yakampot y Armando Takeda; creo que ambos están apostando por México sin que sea el cliché entero. Están saliendo diseñadores muy padres y hay una ebullición de la moda mexicana. También me encanta Sanchez-Kane.
¿Qué tan dificil o facil es trabajar dentro de la industria de la moda a nivel nacional?
Es difícil porque no es un mundo muy desarrollado en el fashion; todavía nos falta mucho, pero ahí vamos. Involucra mucha constancia y ser muy dedicado en tu trabajo, mucho respeto hacia el trabajo del prójimo y profesionalismo. Tienes que tener responsabilidad y saber acatar los errores.
Bien sabemos que todos tenemos una esencia, y es importante reflejarla dentro de nuestro estilo personal, ¿tú cuál crees que es la esencia de la mujer Mexicana?
Creo que la mujer mexicana tiene un gran estilo del que debería sacar más provecho. Lo que necesita es atreverse más y dejar estereotipos fuera. Veamos a mujeres como María Felix o Frida Kahlo; se expresaban con su vestimenta. Éstas mujeres y muchas más, han creado un estilo único gracias a que fueron ellas mismas sin importar el que dirán. La mujer mexicana sigue siendo muy conservadora, pero eso está cambiando.
Entrevista: Paola Calderón
Imagen de portada: Cream
Fotografías: Nayeli de Alba
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